En los últimos años las aplicaciones web han sufrido un gran auge gracias en gran parte a Internet y la proliferación de sitios web, sobre todo con el fin de fomentar el comercio electrónico.
Su facilidad de administración centralizada las hace ideales tanto para su despliegue en internet como en intranets corporativas.
La facilidad de uso de los interfaces web y el hecho de que cada día más personas están acostumbradas a la navegación por internet hace que el tiempo de aprendizaje se reduzca considerablemente respecto a aplicaciones tradicionales standalone.
El auge de multitud de soluciones o frameworks open source hace que su desarrollo sea sencillo y que un gran número de desarrolladores tengan experiencia con ellos. Otro hecho a tener en cuenta es que una vez realizada una aplicación web para uso interno de una empresa, por ejemplo en una intranet, el poner esa funcionalidad, o incluso funcionalidades nuevas, a disposición de empleados o el público general tiene un coste mínimo a la vez que una potencial proyección mundial.